Aprendiendo y Corrigiendo Errores

«Por favor, lean para que puedan formular y comunicar la idea de una manera correcta y clara en cualquier lenguaje» fueron las palabras de mi primer jefe a todo el personal, incluyéndome.

En la época de Colegio no presté mucha atención sobre las obras literarias y sus autores. Aprendí únicamente lo básico en gramática y ortografía para componer oraciones y párrafos.

En el primer semestre de la universidad (luego de haber festejado por varios días y fines de semana el pase del pre-universitario), conocí a una maestra que difícilmente reconozco su nombre pero sí de sus clases donde hacía hincapié de aplicar la gramática y ortografía en nuestros ensayos: escritos y orales. «Esto es Técnica de Expresión Oral y Escrita, y tendrán que hacer uso de lo aprendido en el Colegio. No voy a enseñar lo que es elemental, sólo lo nuevo» pronunció con un tono alto y firme. No existía gesto alguno en su cara y miraba fijamente a cada uno de nosotros de la clase.

Esto significó que debía estar preparado para sus preguntas, exposiciones y elaboración de artículos. Nos calificaba la postura, vestimenta, pronunciación, expresión y uso de vocabulario. Si algo más me falta mencionar, me imagino que obtuve cero en ese rubro.

Desde allí empecé a dar importancia del uso correcto y claro del lenguaje. Desde allí me percaté de muchos de mis errores. Aparte de no expresarme adecuadamente, era el que escribía de manera garrafal: «K?» en vez de «¿Qué?», «no c» en vez de «no sé», «peñiscar» en vez de «pellizcar», «accion» en vez de «acción». Una moda inservible e imparable.

Me esfuerzo en reducir el pleonasmo en las oraciones y usar apropiadamente las palabras según su significado. Aún me falta y cometo errores; por tal razón, trabajo con ahínco para mejorar y corregir (no quiero que mi comunicación esté a nivel de la expresión de los Teletubbies).

El mecanismo de lograrlo ha sido leer. Si no crees, sé esclavo de tu propia ignorancia.

Busca el género que te gusta y empieza a leer. Te garantizo que te enganchará y te perderás para bien. Además, de adquirir elocuencia aprenderás a mejorar tu redacción.

Fotografía CARLOS RODRÍGUEZ
asistente TRÍPODE.